Para consolidar la recuperación de los salarios hay que atajar la precariedad laboral

Encuesta Trimestral de coste laboral del segundo trimestre de 2019

► Los salarios aumentaron por segundo trimestre consecutivo y en el primer semestre del año están logrando poder de compra. Esto se debe a las medidas adoptadas en 2018, como el aumento del SMI a 900 euros al mes y la firma del IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva.

► UGT exige derogar las dos últimas reformas laborales y configurar un sistema de relaciones laborales equilibrado y coherente con un contrato social orientado hacia el bienestar de las personas. Un modelo en el que el empleo indefinido y estable sea la generalidad y no la excepción, y que permita un crecimiento justo eficiente y sostenible.

► Es preciso configurar un gobierno progresista que atienda las demandas de la clase trabajadora y de la mayoría social.


Los datos de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral del segundo Trimestre de 2019, publicados hoy por el INE, reflejan que los salarios aumentaron por segundo trimestre consecutivo, en lo que, de confirmarse en los trimestres venideros, apunta a un comportamiento más acorde con la etapa de expansión económica que atraviesa España desde 2014 que lo sucedido en todos estos años. El coste laboral total por trabajador y mes aumentó un 2,4% respecto al mismo trimestre del año anterior, y el coste estrictamente salarial, un 2,1%. Se trata de los mayores aumentos desde los cuartos trimestres de 2009 y 2013, respectivamente.

Con ello, los salarios en el primer semestre de 2019 están logrando ganancias de poder de compra, gracias también a la muy moderada evolución de los precios. El IPC medio hasta el mes de agosto aumenta un 0,9%, con lo que los salarios reales en lo que va de año han crecido un 1,2%. Es una buena noticia, sin duda consecuencia de las medidas adoptadas en el pasado año, como el aumento del SMI a 900 euros al mes, y la firma del IV AENC, en el que se pactó el incremento de los salarios de convenio a 14.000 euros mínimos al año con el horizonte de 2020, y unos aumentos salariales del 2% al 3%, en función de las condiciones de las empresas y sectores. Todo ello ha contribuido a romper la perniciosa inercia bajista mantenida por los salarios desde el inicio de la pasada crisis. Pero aún debe consolidarse este lento despertar de los salarios, permitiendo que recuperen el poder de compra perdido desde 2009.

Para que esto se produzca, es imprescindible erradicar la precariedad de nuestro mercado laboral, que ha aumentado en los últimos años, y que es la principal fuente de bajos salarios y desigualdad. El abuso de la contratación temporal, la elevada involuntariedad del tiempo parcial en nuestro país, el subempleo, la rotación, etc., son fenómenos que explican esa precariedad generalizada en nuestro mercado de trabajo, causa de desprotección laboral y que va unida indefectiblemente a situaciones de bajos salarios y, en consecuencia, vulnerabilidad económica.

Por eso es urgente que se deroguen las últimas reformas laborales, que han contribuido decisivamente a este deterioro de la calidad del empleo y de los salarios, para, una vez recuperado cierto equilibrio en la correlación de fuerzas en la negociación colectiva y en el diálogo social, adoptar las medidas necesarias para configurar un sistema de relaciones laborales basado en el empleo indefinido y de calidad y en la participación de las personas trabajadoras en la gestión y decisiones fundamentales de las empresas. Un modelo de relaciones laborales coherente con un nuevo contrato social orientado hacia el bienestar de las personas, que impulse un crecimiento económico más eficiente, justo y sostenible. Para todo ello es preciso que se configure un gobierno progresista, que escuche las demandas de la mayoría social, que es, en definitiva, la clase trabajadora.